Si la dirigencia de Estudiantes creía que con la nueva camiseta alternativa -color naranja- el equipo tendría un funcionamiento al menos parecido a la histórica Selección holandesa del '74, definitivamente se equivocó. Al igual que en las últimas presentaciones, los dirigidos por Fernando Ruíz no pudieron imponerse ante un rival directo en la disputa por un lugar en el Reducido y debieron conformarse con un 0-0 que fue la consecuencia de un partido tan mal jugado que es casi un insulto al fútbol champagne que desplegaba la Naranja Mecánica de Johan Cruyff.
En la previa se esperaba un encuentro completamente distinto al que finalmente se dio, puesto que se trataba de los conjuntos que llegaban en la quinta y sexta ubicación de la tabla. La igualada sin goles conformó a los dos en el complemento y aunque el Pincha tuvo las oportunidades más claras, la puntería torcida de sus delanteros y la pésima labor del árbitro, Diego Ceballos, colaboraron para que las redes no se inflaran.
Lo dicho: el partido fue tan malo como la flamante casaca 2010 del Matador. Ninguno de los dos se animó a ganarlo. Ni el Naranja de Caseros (?), ni Ssuso. No obstante, a falta de emociones, todos los flashes apuntaron a Ceballos y sus horrores arbitrales; figura estelar de la tarde en Caseros.
En conclusión, a Estudiantes le volvió a temblar el pulso contra un rival que se encuentra en su misma línea. Si hoy está donde está es gracias a los buenos resultados obtenidos ante los equipos de mitad de tabla hacia abajo. Los puntos, claro, valen lo mismo sin importar la talla del rival. Pero si se logra la clasificación al Reducido, habrá que enfrentarse con aquellos que hoy miran al Pincha desde arriba. La naranja, por ahora, está amarga.
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